Para los más perezosos…la otra cara del post de ayer. Si no lo has leído, léete antes  Sala de espera.

Persona saltando y disfrutando

Pasé toda mi vida en una sala de disfrute. Sólo fui cambiando de habitación. Ya antes de nacer, encerrado en el vientre de mi madre, disfrutaba como un loco, pataleando para salir de allí y ver el «mundo exterior». ¡Y bien bonito que era cuando lo vi! Fuera, al tiempo, me sentí feliz pero un poco solo, y disfruté un hermanito. Durante mi infancia, siempre disfruté ser un niño de los mayores, de los que pueden hacer más cosas, y mandan a los más pequeños. Y después, disfruté con todas mis ganas ser un adolescente: ¡Poder salir a la calle solo, con mis amigos, y volver de noche! Eso si que era una buena vida.

Ya de adolescente, disfruté la mayoría de edad; ser realmente dueño de mi propio destino. No depender de mis padres. Aunque en ese momento descubrí algo más que disfrutar: completar mis estudios para lograr mi independencia económica. Así que disfruté. Disfruté acabar los estudios, y disfruté encontrar un trabajo. Disfruté empezar y acabar nuevos estudios, para disfrutar encontrar finalmente un trabajo. Y disfrutando estuve también buscando el amor en mi vida.

Finalmente encontré trabajo, encontré mi amor y encontré un hogar. Y entonces entré en una etapa de gran disfrute.  Un bucle infinito de disfrute. Disfrutaba un nuevo y mejor trabajo; una nueva casa. Disfrutando además comprarme el coche de mis sueños. Lo disfruté, y lo logré. Y entonces disfruté montar mi propia empresa. Disfruté otra vez más conseguir una mejor casa, y un aun mejor coche. Realmente disfruté mucho esos objetivos, sin tener incluso la necesidad o incluso la esperanza siquiera de alcanzarlos. Aunque lo verdaderamente importante era disfrutar.

Disfruté en ese momento el tener un hijo. Y cuando lo tuve, disfruté entonces ver el pasar de su infancia. Y justo en ese momento, disfruté buscar un nuevo hijo…aunque nunca llegó. Pero igualmente lo disfruté.

Disfruté después que mi hijo se hiciera mayor, disfrutando a continuación recuperar mi vida. Y mucho disfrutar fue eso… Y disfrutando cualquier otra cosa que ya no recuerdo, enfermé. Disfruté entonces curarme, y disfruté poder aprovechar después el resto de mi vida. Y así, al recuperarme, disfruté mi jubilación.

Hoy ya estoy cerca del final de mi viaje. Estoy aquí, junto al amor de mi vida, rodeado de mis hijos y nietos…Disfrutando el momento. Y ahora, echando la mirada atrás, siento que he pasado la vida entera disfrutando. Pero, ¿Se acaba esto ya? ¿Existirá una vida más allá donde seguir disfrutando?

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Angel Sierra

"Saber escuchar no siempre significa no tener nada que decir." Cinéfilo, tecnólogo, deportista, tímido, imaginativo, trabajador, viajero, comunicador, compañero, disfrutón, tranquilo, loco, músico, cocinero, gestor, bailarín, empático, friki, complicado, géminis... siempre diferente. Huye de encasillamientos; de lo que has sido o dicen que eres. Sé lo que quieras ser... sobre todo buena gente.

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