Alea iacta est. Después de seis meses en los que por fin he conseguido retomar con regularidad la práctica del deporte, actividad que tanto bien me hace, y tras unas últimas semanas de entrenamiento intensivo bastante loco, ya estoy a menos de 72 horas de debutar en mi primera carrera oficial: la ultra-trail de los 101 Km de Ronda. ¡Así me gusta! Arrancar con algo facilito.
Por eso desde el pasado domingo, se acabó el entrenamiento. Porque uno de los pocos consejos o buenas prácticas para este tipo de pruebas que he seguido es la de parar de entrenar la semana antes de la carrera. Aunque si os digo la verdad, tampoco estoy seguro que esto sea lo más recomendable. Porque una de las cosas de las que me he dado cuenta en este tiempo es la cantidad de diferentes e incluso contrapuestas teorías, métodos o planes de entrenamiento existentes. De verdad que para un corredor de fondo novato aunque obsesivo, falto de experiencia, de entrenamiento y de todo menos ilusión, no se lo ponéis nada fácil. Quizás por eso , y sobre todo porque soy como soy, he decidido idear y seguir mi propio plan de entrenamiento, que he llamado el método Sierra.
¿Qué cómo me atrevo a inventar un sistema de entrenamiento sin saber apenas nada de training? Tranquilos, no penséis que me he vuelto loco o que ya me creo un gurú en la materia . Es más, aunque haya decidido seguir mi propio plan, he leído mucho sobre este tipo de cosas, y no aplico ni me he inventado ninguna idea “extraña” sacada de mi chistera (o de la camisa de fuerza). Simplemente he decidido aplicar un concepto novedoso que no suele estar presente en ninguno de los planes que he visto: el sentido común.
Y es que la inclusión del sentido común en el método Sierra aporta fundamentalmente dos parámetros que son los pilares de mi esbozo de entrenamiento, y que al menos en mi caso han resultado imprescindibles: la variabilidad, entendida como la capacidad de poder adaptar un plan preestablecido en función de la realidad de la vida, y la escucha activa de tu cuerpo.
Recuperando la frase de la imagen que utilicé ayer en mi post, John Lennon ya nos dijo que la vida es eso que ocurre mientras estás ocupado haciendo otros planes; y esto es 100% aplicable a mi concepto de entrenamiento. Por muy bien detallado y pensado que esté trazado un plan de entrenamiento, van a suceder cosas que te obligarán a cambiarlo sobre la marcha y desviarlo del diseño ideal… y mucho. Al menos es así en el caso de corredores novatos, con poca experiencia en este tipo de preparación, faltos del entrenamiento necesario, que se encuentran a poco más de un mes de tener su primer bebe, están comprando todas sus cositas, arreglando la casa,…
Y así, bajo estas premisas, arranqué a finales de marzo mi último mes concentrado de entrenamiento, con la idea inicial de correr muchos kilómetros, hacer algo de bici, y un poquito de musculación. Pero sobre todo, como ya os digo, escuchar a mi cuerpo y adaptar en base a ello lo que fuera necesario. Parece lógico, ¿verdad?
Y esa primera idea duró exactamente una semana, porque mi cuerpo habló bastante pronto, lanzándome bastantes señales de alerta (pronto y claro). Primero fueron mis lumbares y mi zona abdominal. La nueva mala costumbre adquirida de golpe de pasarme muchas horas seguidas corriendo o andando fatigaba bastante mi core (palabro de gimnasio)… y destrozaba especialmente mis lumbares. ¿Solución? Hablar con un monitor y tomarme más en serio las sesiones de gimnasio: trabajo diario de musculación combinada. Después de esto, el tendón perineal de mi pierna derecha comenzó no a quejarse, sino más bien a decir basta… y esto ya no era tan fácil de corregir como un músculo en baja forma. A su vez mi trapecio derecho comenzó también a protestar por las continuas sesiones de gimnasio (obligando a variación sobre variación), las ampollas (en plural) llegaron para quedarse, mi rodilla izquierda empezó a susurrar… pero tampoco quiero aburrir con mis achaques.
Finalmente han sido muchas horas de gimnasio y pesas para conseguir unas abdominales de hierro y en general un tren superior mucho más tonificado que antes (tampoco era difícil). Eso sí, debo tener algo roto de serie porque la tableta de chocolate no sale para fuera ni de coña. Para no forzar mi tendón en exceso, muchos kilómetros de spinning y de bici de montaña (disciplina en la que he notado los avances más espectaculares), y bastantes caminatas por montaña (aprovechando la afición y experiencia de mi suegro). Y por el contrario, muy poquitos kilómetros corriendo… ¿El entrenamiento adecuado? Probablemente no, pero teniendo en cuenta el tiempo del que disponía, seguramente sí que es el que me ha permitido llegar en la mejor forma y con las menores molestias posibles: variabilidad. Como leí recientemente en un artículo, es mejor llegar a la línea de salida ligeramente desentrenado antes que ligeramente lesionado.
Ahora la suerte está ya echada: Alea iacta est. Esta semana toca descansar (todo lo que me permitan el resto de obligaciones), prepararlo todo lo que voy a llevar en la carrera, y cuidar mi alimentación. Aunque no os creáis, que estas dos «simples» cosas dan por si solas para un post en profundidad por cada una de ellas (y si no, preguntadle a mi mujer ;-)). Pero ya os he regalado suficientes antecedentes. Prefiero guardarme mi último post sobre el tema para relataros la experiencia vivida.
Eso sí, aquí os dejo como os prometí el perfil de la carrera y el mapa del recorrido, para que os podáis hacer una idea de por donde espero andar trotando todo este sábado ¡Deseadme suerte!
Perfil de la XVII edición de los 101Km de Ronda (2014)
Mapa de paso de la XVII edición de los 101Km de Ronda (2014)
Angel Sierra
Últimos posts Angel Sierra (Ver todos)
- La piña viajera - diciembre 31, 2022
- Propaganda gratuita - enero 17, 2022
- When superheroes become humans - enero 7, 2022
Mucha suerte campeón!
Te ha faltado aclarar que eres novato puretón, supongo que los jóvenes de hoy en día no tendrán esos problemas de agenda que comentas.
Por otra parte, me alegro que hayas decidido abandonar el método dixon que estabas aplicando.
Por último, ¿no tendrás fatiga muscular? Jajajajaja
¡Gracias!
¡¡¡Y tan puretón!!! Como que estoy debutando cuando otros están ya pensando en la retirada… ¡Soy puretón hasta para ser padre!
Por cierto, si fatiga muscular es el término científico de estar jiñado… ¡tengo fatiga muscular!