Tarjeta Roja. Silencio. Luis Aragonés.El pasado fin de semana el mundo del fútbol lloró la muerte de Luis Aragonés, que fallecía el pasado sábado, a sus setenta y cinco años, a causa de una leucemia. Por este motivo en todos los campos de nuestra geografía, y en todas las categorías profesionales, se guardó un minuto de silencio.

Romper el silencio es muy fácil, ya que es simplemente eso, silencio. Basta el grito de un imbécil para que este sobresalga por encima de miles de gargantas apagadas. Y cuantas más voces irrespetuosas se alcen, más ahogado quedará este sencillo gesto de respeto y admiración póstuma.

Pensaba hoy escribir este artículo con un sentimiento de crítica hacia la afición del Athletic de Bilbao, y por tanto un poco también hacia el pueblo vasco. Pero pienso que no sería del todo justo. Pensaba hacerlo, aún siendo consciente que fue una minoría la que el pasado domingo silbó; que pitó y utilizó su minuto de gloria para elevar cánticos a favor de su equipo, su tierra, o su independencia. Una minoría que resultó atronadora, y que nos avergonzó tremendamente a todos los amantes del futbol (independientemente de colores, ideologías políticas, o cualquier otro tipo de historias). Y nos avergonzó, entre otras cosas, porque fue la excepción del fin de semana. Podría decirse que la única minoría maleducada e irrespetuosa de todo nuestro país se concentró en un único estadio… Aunque si, fue una minoría.

Sin embargo después de leer durante un par de días algunos comentarios de la noticia, revisando algunos artículos de opinión en diferentes medios, así como los diferentes foros digitales de las mismas, la verdad es que mi vergüenza inicial se ha trasformado en pena. Pena porque me ha hecho constatar que vivimos cada vez más en una sociedad dividida en dos grandes bandos: Personas dialogantes y respetuosas, y los intransigentes y extremistas (a estos prefiero no catalogarlos de personas). Y al igual que con el minuto de silencio, basta una minoría de este segundo grupo para acallar las voces de millones de los primeros.

Porque realmente estoy convencido que la mayoría de aficionados (repartidos además en la misma proporción entre aficionados del Athletic y el resto; entre los que estuvieron ese día en el campo y los que no) rechazan por completo lo sucedido el domingo, y además se sienten avergonzados por ello, sin excusas. Y como ejemplo de este sentimiento, quiero dejar constancia de un par de comentarios de aficionados vascos “anónimos” que he visto estos días y que me han parecido especialmente “sentidos”:

Sólo es un minuto, un día, y se acabó. ¿Qué os ha hecho malo el aragonés? Sólo un puto minuto de respeto, que ni llega a eso… Esto no lo hacen las grandes aficiones. Soy de Bilbao y por estas cosas me avergüenzo de serlo.

Soy vasco, del Athletic. Estuve en el campo, y pitó solo una minoría… siento vergüenza por ello y pido perdón. No es justo que estos impresentables manchen la imagen de nuestro club.

Sin embargo, como digo, por encima de esta gran mayoría (mucha de la cual guarda desgraciadamente su eterno “minuto de silencio”), surgen las voces de los extremistas y de los intolerantes. Algunos criticando a los vascos simplemente por ser vascos, por ir contra España y un ex-seleccionador español, o por ser directamente etarras. Y otros justificando el acto porque solo fue una minoría,  que si España ya está como siempre cargando contra el País Vasco, que si los del atlético de Madrid son más radicales, con una afición llena de fachas que además asesinó a Aitor Zabaleta, y que suele ofrecer cánticos racistas. Que si presión mediática madridista y fascista sigue haciendo de las suyas; que si no se han guardado minutos de silencio por jugadores del Bilbao que realmente se lo merecían mucho más… intransigencia, intransigencia, intransigencia.

Me da pena comprobar lo dividida que está nuestra sociedad. Lo irrespetuosos que nos hemos convertido (o más bien que somos desde hace tiempo), y sobre todo las posturas cada vez más extremistas que estamos tomando en la vida, separándonos estas a unos de otros. ¿Es este el modelo de convivencia y de sociedad que queremos? Y no quiero yo tampoco generalizar, pero este tipo de excusas baratas, de posturas extremas, de justificar algo por el “y tu más”, o de sacar viejas rencillas que no vienen al caso, me parecen aplicables a muchas de las situaciones que estamos viviendo en nuestra actualidad. Está claro que cuando nos vienen mal dadas todo es más negro (a perro flaco todo son pulgas, que suele decirse), pero este tipo de minoría, cada vez más sonora, y cada vez menos minoría, debiera preocuparnos.

Y con lo respecta a lo sucedido en San Mamés (que me he ido un poco del tema), creo que a quién más debería preocuparle, y quién menos ha dicho (y seguramente diga) sobre el tema, es al propio Club. Porque está claro que la afición debería reprobar abiertamente este hecho (entiendo que es complicado callar en el propio estadio a los maleducados si el grupito de Herri Norte hacen piña juntitos). Pero también es una cuestión de cultura de libertad de expresión. Un club que pretende evitar desde siempre cualquier tipo de manifestación, o expresar cualquier tipo de opinión (por miedo seguramente a que se expresen ciertas ideas políticamente incorrectas), o desde donde se fomenta el que nadie critique a nadie, pues se encuentra estas consecuencias. Si no se tiene por costumbre guardar minutos de silencio, por lo que pueda pasar, te expones a que cuando se guarde uno, la gente aproveche par sacar historias pasadas, generes realmente un agravio comparativo, o sencillamente no se esté acostumbrado a “vivir” este tipo de situaciones con normalidad. Y esto no justifica ni mucho menos actitudes como las del otro día… pero las arropa.

Lo que si que creo que tenemos todos claro es que las pitadas, o cánticos… en definitiva, el  “romper” el homenaje que se pretendía ofrecer a Don Luís Aragonés no era en realidad un gesto contra la propia persona homenajeada. Luís era un hombre de futbol, que amaba el fútbol. Una persona querida por casi todo el que ha tratado con él; y alguien que además nunca se ha significado políticamente. Un tipo que además, en su forma de ser (lo cual hace que todo resulte aún más irónico), con su fuerte carácter y su tremenda sinceridad, se acercaba mucho al cliché “clásico” de ciudadano vasco (nobleza, carácter, sinceridad, camaradería,…). Y por todo esto no se merecía este desprecio.

Y por todo eso, además de por las alegrías que en un plano más personal me regaló, especialmente en ese mes de junio de 2008 (que tanto ha hecho para el posterior éxito del futbol español)  ¡Gracias Luis Aragonés!

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Angel Sierra

"Saber escuchar no siempre significa no tener nada que decir." Cinéfilo, tecnólogo, deportista, tímido, imaginativo, trabajador, viajero, comunicador, compañero, disfrutón, tranquilo, loco, músico, cocinero, gestor, bailarín, empático, friki, complicado, géminis... siempre diferente. Huye de encasillamientos; de lo que has sido o dicen que eres. Sé lo que quieras ser... sobre todo buena gente.

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2 comentarios en «Un minuto de cordura»

  1. Justo prácticamente al mismo momento que se jugaba el partido, se emitía un apasionante careo entre Artur Mas y Felipe González. Una de las cosas más llamativas dichas por Felipe, que viene al hilo de tu post de hoy, fue el tratar de hacer comprender a Mas que los extremismos en que pudieran incurrir, lo que conllevarían serían que afloraran los extremismos en sentido contrario. Mejor ejemplo no ha podido haber en el caso del minuto de silencio en el nuevo San Mamés (para más ironía, "La Catedral").

    Así que me ha gustado mucho y alabo que pudiendo haberte alineado con ese extremismo o simplemente haberte limitado a censurar el comportamiento de esos ultras, hayas incluido también el sentir general de lo que somos la gran parte de aficionados, la gran parte del pueblo (que no se nos olvide nunca, que esos desalmados son minoría).

    1. Tengo que ver la charla entre Artur Mas y Felipe González. Ya me ha llegado por varios sitios que fue tremendamente interesante. La verdad es que cuesta imaginarse la conversación entre dos personalidades tan distintas, con unas ideologías tan diferentes. Lo que no tengo tan claro es si se podría plantear un dialogo similar si los dos personajes estuvieran todavía "en activo". ¿Por qué no? Como te digo, estoy ansioso por verlo.

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